domingo, 1 de noviembre de 2009

Algunas cosas que decir

Mientras hacia cualquier cosa, se me ocurrió esto: es un mito que las personas extrovertidas son necesariamente más felices *. Ese mito se hace oir cuando alguien me señala "¿y tan calladito que es usted, tan serio, tan...?, Eso no está bien". Y es que creo que es más problemática la vida propia cuando se diversifican demasiado los vínculos con otras personas, pues ello aumenta las probabilidades de conseguir algún disgusto, una decepción, un desencuentro, una pelea, una traición. Si, esto refleja plenamente la clase de persona solitaria, egoísta, poco preocupada de los demás que soy (últimamente, no tanto, aunque mis defectos han dejado de parecerme como tales). Pero creo que no hay nada intrínsecamente malo o desagradable con el hecho de tener pocas personas a tu alrededor, e incluso pienso que el ser algo egoísta es en alguna medida mejor que ser excesivamente altruista y generoso con todos (lo que llevo a Ned Flanders a la locura en una ocasión).


Sin embargo, hay mucho que ganar con cada persona que conoces. No importa si es alguien que frecuentas o alguien a quien no volverás a ver en tu vida. Si observas a cada momento a tu alrededor, cada detalle o cada gesto de los demás, cualquier conversación que mantienes o que espías (a veces conviene oir conversaciones ajenas, jeje), te da una idea esplendida del entorno en el que vives, o al menos te mantiene ocupado una tarde, aprendes algo, o nada tal vez. Pero lo que digo es que ser solitario y algo introvertido no te hace necesariamente un perdedor desconectado de la realidad**.

Empero, esas del parrafo anterior no son verdaderas relaciones, solo son "contactos", compañerismos, charlas anecdóticas, no amistades, ni romances, nada verdaderamente intenso. Como decia en principio, las relaciones con otras personas conllevan un riesgo. Pero bien, ¿que cosa no tiene algún riesgo? cruzar la calle, almorzar pollo con sopa o ir a comprar una chaqueta decente, todo eso es susceptible de acabar mal. Sin embargo, nos habituamos a muchos de esos riesgos cotidianos y vivimos simplemente con ellos esperando de forma tácita que no salga nada mal. Tal vez mi problema es ese: no me acostumbro a ese riesgo, el que implica enredarme demasiado con quien sea, pues pienso en esa clase de cosas como el equivalente a caminar por una cuerda floja de unos quince metros de largo y puesta a seis metros de altura. Y con algo de precisión, le doy un 6 de 10 en mi escala de riesgos: hay posibilidad de salir bastante herido, aunque no mortalmente, pero igualmente se puede lograr algo que no sabias que podías hacer, aunque la altura casi siempre te asustará más de lo que te motiva lo que puedes ganar (¿no estoy enredando demasiado esto, o si?).

En esta etapa de mi vida creo que todo eso de las relaciones me es indiferente, o no tengo tiempo, o me es difícil, o solo me pongo excusas absurdas, o es como soy y no puedo evitarlo. No me hace sufrir todo aquello, no me angustia, pero lo tengo presente.

Así y todo, me considero una persona satisfecha y equilibrada. ¿Que tal? ^^ .

Bueno, suficiente de referencias a la vida de un intrascendente desconocido.

Aunque, por otro lado, y esto no tiene que ver nada de nada, a mi hermana le regalaron a los cinco años (si no mal recuerdo) un peluche de Barney, el dinosaurio morado favorito de los niños. Este de aquí:





Si usted es un niño o niña cuya edad va entre los tres y los ocho años, no vea lo que sigue. Esto es lo que mi hermana de once años hace con su Barney actualmente:




Si se fija bien, Barney está literalmente pariendo un gato-vaca de peluche de su trasero. Y así mismo, ella guarda los dulces de Halloween ahí. Espeluznante***.


*Si, ya se, estoy especulando sin base alguna sobre un tema que concierne a la psicología. Pero en fin, subjetivamente hablando, cada quien velara por lo que le acomode más dentro de sus posibilidades, que es a lo que me refiero.
** Por supuesto, aún así, si tienes algo de introvertido es porque careces una que otra habilidad para socializar, o como gusta decir a algunos, es que tienes "una inteligencia emocional no muy alta".
*** No hay que ver esto como una depravación, sino como una jugarreta morbosa y divertida de una niña normal de once años. Por las dudas, si es que pasea por aquí un internauta de poco tacto.

1 comentario:

The Real Folk Blues dijo...

Debo aclarar que el trasero de Barney ya estaba de ese modo cuando lo compraron; ahí se guardaba un aparato a pilas con el que barney expresaba sus sentimientos.

 
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